"No soy un perfecto inutil, por lo menos sirvo de mal ejemplo"

viernes, 13 de abril de 2012

New York New York

   Suenan los acordes de un gran tema musical, mi tocayo de Las Vegas, en estado de gracia, transforma una mañana anodina en un paseo por Broadway y esa es toda la relación que tienen estos párrafos con el título. ¿Por qué? ¿Y por qué no? ¡Qué manía con buscarle los tres pies al gato! Con lo a gusto que está con cuatro ¿O no? Así, de un mandoble, envío la coherencia a ese lugar maloliente al que vamos todos alguna vez, siempre por deseo expreso de alguien con quien estamos mal avenidos, y sigo adelante mi intrépido viaje a ninguna parte.
   Esto viene sencillamente porque la presión de mis seguidores me obliga a escribir al menos una vez a la semana y ya llevo una de retraso, aun a sabiendas de que he dejado claro desde el principio que estoy convencido de que no tengo nada que decir. Pero ¿A quién le importa eso? Únicamente quieren emociones intensas, a cualquier precio. Si tienes que caer en el alcoholismo como Bukowski pues te autofornicas (te jodes en español. Nota del traductor) o vas ahorrando para ponerte un tabique nasal de platino como Sinatra, pero escribes.
   Así son las cosas por aquí, cruentas y dolorosas, no caben lamentos ni lágrimas, parece que te miran diciendo: camina cabrón hasta que revientes. Y claro, ellos pagan. Ya no hay una relación sincera entre ambas partes y hete ahí el problema: todo está corrupto y pervertido. Nada tiene ya sentido. Soy un chapero de las letras, un mono en busca circo, un poeta terrible y un enfant maldito, soy todo eso y más, pero mientras me quejo, escribo.
   Y ya empezando el cuarto párrafo mi sonrisa regresa porque todo está acabando, el sin sentido ha vencido y tengo otra semana por delante para hacer el vago esperando que las díscolas musas se dignen a cagar en el alféizar de mi ventana. En caso de no hacerlo siempre podré recurrir al plagio, al robo, a la evasión de impuestos y su posterior amnistía; a la tortilla de patatas con chorizo a las doce y media de la noche para que me provoque pesadillas o simplemente como ahora, a la incoherencia. Nos vemos.
 

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