"No soy un perfecto inutil, por lo menos sirvo de mal ejemplo"

miércoles, 25 de abril de 2012

Futbolistán

   ¿Qué pasa con los futbolistaníes? ¿Ya no corre la sangre del Capitán Alatriste por sus venas? ¿Se fue todo el ardor guerrero a través del mando de la Playstation 3? ¿Cuántos años de miseria les son necesarios para sentirse aludidos por la realidad? ¿Es tan poderoso el influjo de la tortilla con chorizo que les paraliza la voluntad? ¿Les gusta a los futbolistaníes los gobiernos que los tratan como una puta mierda? ¿Y si empiezan a morirse por miles debido a enfermedades erradicadas que rebrotan, harán algo para hacerse valer? ¿Volveremos a ver futbolistaníes bragados con las piernas en forma de arco por falta de calcio durante la infancia? ¿Será posible que una choni llegue a ser primera dama de Futbolistán? ¿Responderemos a la mofa, befa y escarnio de los países colindantes con aquello de que en Futbolistán hubo un tiempo en que no se ponía el sol? ¿Cuánta gente recibe herencia en Futbolistán? ¿Se consideran futbolistaníes todos los futbolistaníes o volveremos a las bombas lapa para que quede claro que aun hay diferencias? ¿Hay futbolistaníes a los que lo único que les importa es la pela mientras hay otros a los que lo único que les preocupa es si la Mahou está bien fresquita? ¿Cuántas temporadas de futbolistaníes en el mundo nos quedan por ver? ¿Va camino Futbolistán de convertirse en una sucursal del Deutsche Bank? ¿Habrá recortes en la lista de los reyes godos? ¿Volverán las boinas en tu balcón sus nidos a colgar? ¿Se descubrirá que en Atapuerca cayó el último futbolistaní que prefirió morir de pie a vivir siempre arrodillado? Estos misterios insondables y otros más de su agrado podrán seguirlos el domingo por la noche en Estudio Estadio.

jueves, 19 de abril de 2012

Nasío libre

   ¡ESTE ES MI BLÓ, PUEDE QUE HAIGA OTROS MUCHOS PERO ESTE ES EL MIO! ¿Queda clarito?
Y como venga algún Blogocop de esos que pululan por ahí a recordarme que estoy incumpliendo las tres leyes de la Blogótica que vaya preparando sus Gluteus Maximus para una patada épico-cósmica porque se la pienso propinar ipso facto a golpe de click y desterrarlo y excomulgarlo por siempre jamás de estos mis dominios, por donde campeo por mis respetos cual señor feudal. He dicho.
   Y es que hay por ahí mucho gañán suelto que recorre la blogosfera con las tablas de la ley a cuestas para restregarte  por la cara que eres un hereje o un sieso, así por las buenas. Y yo me pregunto ¡Pero bueno! ¿A esta gente qué le pasa? Pongamos por caso uno que se leyó de cabo a rabo el blog de un señor de Murcia (todo un clásico) que tiene a bien desde hace años escribir entradas sobre curiosidades históricas, como coletilla, universales. Pues va uno y le dice que se ha leido enterito todo el blog y que le parece una mierda, que él es lisensiado en Historia y que qué es esto, que un poquito de por favor.  
   Solo puedo imaginar la cara de pánfilo que se le debió quedar al señor de Murcia al verse pitoneado de esa manera tan torticera por un perfesto desconocido que se parapeta tras su puto mac de los cojones como un francotirador oportunista, y digo mac  porque seguro que un pc con guindous debe ser como un portal dimensional extraterrestre para él, sin saber que pecado virtual ha cometido para ser diana de tan furibundo y desproporcionado ataque. 
   A ver quien es el guapo barra guapa que se atreve a venir por aquí proyectando sus limitaciones, a ver quien se atreve  a  intentar condicionarme la psique cual perro de Pavlov, a ver quien tiene las agallas de asaltar este bastión de libertá al grito de Banzai, a ver quien se atreve a hacer mofa, befa o escarnio de mi derecho a decir gilipolleces. Todavía no se como se hace porque soy un poco vaguete con esto de la tecnolejía pero en cuanto lo averigüe en Google lo baneo (Me encanta banear, es superdemocrático).

Nota: los conceptos "Blogocop" y "Blogótica" hasta donde yo se me los he inventado yo sin recurrir a naide y en mi infinita misericordia y generosidad se los entrego al mundo bajo licencia Creative Commons

viernes, 13 de abril de 2012

New York New York

   Suenan los acordes de un gran tema musical, mi tocayo de Las Vegas, en estado de gracia, transforma una mañana anodina en un paseo por Broadway y esa es toda la relación que tienen estos párrafos con el título. ¿Por qué? ¿Y por qué no? ¡Qué manía con buscarle los tres pies al gato! Con lo a gusto que está con cuatro ¿O no? Así, de un mandoble, envío la coherencia a ese lugar maloliente al que vamos todos alguna vez, siempre por deseo expreso de alguien con quien estamos mal avenidos, y sigo adelante mi intrépido viaje a ninguna parte.
   Esto viene sencillamente porque la presión de mis seguidores me obliga a escribir al menos una vez a la semana y ya llevo una de retraso, aun a sabiendas de que he dejado claro desde el principio que estoy convencido de que no tengo nada que decir. Pero ¿A quién le importa eso? Únicamente quieren emociones intensas, a cualquier precio. Si tienes que caer en el alcoholismo como Bukowski pues te autofornicas (te jodes en español. Nota del traductor) o vas ahorrando para ponerte un tabique nasal de platino como Sinatra, pero escribes.
   Así son las cosas por aquí, cruentas y dolorosas, no caben lamentos ni lágrimas, parece que te miran diciendo: camina cabrón hasta que revientes. Y claro, ellos pagan. Ya no hay una relación sincera entre ambas partes y hete ahí el problema: todo está corrupto y pervertido. Nada tiene ya sentido. Soy un chapero de las letras, un mono en busca circo, un poeta terrible y un enfant maldito, soy todo eso y más, pero mientras me quejo, escribo.
   Y ya empezando el cuarto párrafo mi sonrisa regresa porque todo está acabando, el sin sentido ha vencido y tengo otra semana por delante para hacer el vago esperando que las díscolas musas se dignen a cagar en el alféizar de mi ventana. En caso de no hacerlo siempre podré recurrir al plagio, al robo, a la evasión de impuestos y su posterior amnistía; a la tortilla de patatas con chorizo a las doce y media de la noche para que me provoque pesadillas o simplemente como ahora, a la incoherencia. Nos vemos.